martes, 2 de mayo de 2017

México en el seguimiento a los ODS por Juan Carlos Lastiri

En seguimiento a una petición de nuestro país, hecha en el trigésimo sexto período de sesiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), esta semana se llevó a cabo la Primera Reunión del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible, en la Ciudad de México. Durante esta Administración se ha tenido un compromiso muy fuerte con la prevención y la mitigación de la huella que dejan los proyectos de desarrollo en el tejido social y el medio ambiente, lo que se puso de manifiesto en el primer foro latinoamericano en nuestro país. De hecho, vale precisar, esta convicción nuestra se manifestó desde la definición de las Metas 2030, relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en las que México jugó un papel importante, en medio de una negociación altamente compleja.
Hoy, ha quedado claro que las Metas 2030 trascienden en sus alcances y diseño a las tradicionales formuladas, porque estas se encuentran muy enfocadas en la persona, en virtud de lo cual anclan en un enfoque mucho más integral del desarrollo humano, que abarcan aspectos hasta antes completamente ignorados. La nueva visión, vale remarcar, es de corte holístico, rompe con paradigmas de miras cortas y fragmentadas, e impone un enfoque multidimensional en la comprensión de los problemas y el diseño de soluciones.
En el nuevo paradigma no se pueden entender las metas, por ejemplo, de combate al hambre, por separado de las metas de preservación de los océanos y de promoción de una pesca racional, como tampoco se pueden entender las soluciones que soslayan la situación de extrema pobreza, incluso de pobreza alimentaria, de los pescadores. Desde esta perspectiva, es más o menos fácil advertir que en todo problema por resolver hay muchas variables que se cruzan. He aquí la importancia de asumir un enfoque integral. Este Foro ha permitido reafirmar el compromiso de esta visión ya que los países de la región reafirmaron su compromiso colectivo con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, reconociendo la responsabilidad primordial de los Gobiernos en su cumplimiento, así como la necesidad de fomentar la participación de todos los actores relevantes en el proceso.
A propósito de lo anterior, es importante mencionar que todos los participantes se han comprometido a convertir la Agenda en política de Estado y alinear los ODS con los planes y presupuestos nacionales, además de manifestar que es indispensable vincular a la sociedad civil y al sector privado en las mesas técnicas y políticas de los ODS. En su declaración, los representantes de los países subrayaron que la consecución de la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas son factores que contribuirán de manera crucial al logro de los objetivos; enfatizaron la trascendencia que tiene para la región la asistencia oficial para el desarrollo y el financiamiento climático; recordaron que la cooperación Sur-Sur es un elemento importante de la cooperación internacional como complemento, y no sustituto, de la cooperación Norte-Sur; y, lo que es igualmente importante, reconocieron las posibles repercusiones de la automatización y los cambios tecnológicos exponenciales en diversas áreas del desarrollo regional.
De nuestra parte, aspiramos a un nuevo modelo de desarrollo, justo, igualitario, próspero y solidario, como nos señala la Agenda 2030, que ha de forjarse desde nuestras propias urgencias, historias, tradiciones y colores. México demuestra una vez más su compromiso global ya que, en un momento en que algunas voces muy poderosas cuestionan este principio de convivencia global, aquí se ha dado una vez más, una demostración del valor del diálogo multilateral y de las instituciones de la arquitectura internacional. Es claro que América Latina y el Caribe se presentan frente al mundo como una región que orgullosamente ejerce su liderazgo, donde los países de la región nos atrevemos a innovar y nos ponemos orgullosamente de pie para transformar la realidad de nuestra región y nuestro planeta con una agenda común.

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martes, 2 de mayo de 2017

México en el seguimiento a los ODS por Juan Carlos Lastiri

En seguimiento a una petición de nuestro país, hecha en el trigésimo sexto período de sesiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), esta semana se llevó a cabo la Primera Reunión del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible, en la Ciudad de México. Durante esta Administración se ha tenido un compromiso muy fuerte con la prevención y la mitigación de la huella que dejan los proyectos de desarrollo en el tejido social y el medio ambiente, lo que se puso de manifiesto en el primer foro latinoamericano en nuestro país. De hecho, vale precisar, esta convicción nuestra se manifestó desde la definición de las Metas 2030, relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en las que México jugó un papel importante, en medio de una negociación altamente compleja.
Hoy, ha quedado claro que las Metas 2030 trascienden en sus alcances y diseño a las tradicionales formuladas, porque estas se encuentran muy enfocadas en la persona, en virtud de lo cual anclan en un enfoque mucho más integral del desarrollo humano, que abarcan aspectos hasta antes completamente ignorados. La nueva visión, vale remarcar, es de corte holístico, rompe con paradigmas de miras cortas y fragmentadas, e impone un enfoque multidimensional en la comprensión de los problemas y el diseño de soluciones.
En el nuevo paradigma no se pueden entender las metas, por ejemplo, de combate al hambre, por separado de las metas de preservación de los océanos y de promoción de una pesca racional, como tampoco se pueden entender las soluciones que soslayan la situación de extrema pobreza, incluso de pobreza alimentaria, de los pescadores. Desde esta perspectiva, es más o menos fácil advertir que en todo problema por resolver hay muchas variables que se cruzan. He aquí la importancia de asumir un enfoque integral. Este Foro ha permitido reafirmar el compromiso de esta visión ya que los países de la región reafirmaron su compromiso colectivo con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, reconociendo la responsabilidad primordial de los Gobiernos en su cumplimiento, así como la necesidad de fomentar la participación de todos los actores relevantes en el proceso.
A propósito de lo anterior, es importante mencionar que todos los participantes se han comprometido a convertir la Agenda en política de Estado y alinear los ODS con los planes y presupuestos nacionales, además de manifestar que es indispensable vincular a la sociedad civil y al sector privado en las mesas técnicas y políticas de los ODS. En su declaración, los representantes de los países subrayaron que la consecución de la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas son factores que contribuirán de manera crucial al logro de los objetivos; enfatizaron la trascendencia que tiene para la región la asistencia oficial para el desarrollo y el financiamiento climático; recordaron que la cooperación Sur-Sur es un elemento importante de la cooperación internacional como complemento, y no sustituto, de la cooperación Norte-Sur; y, lo que es igualmente importante, reconocieron las posibles repercusiones de la automatización y los cambios tecnológicos exponenciales en diversas áreas del desarrollo regional.
De nuestra parte, aspiramos a un nuevo modelo de desarrollo, justo, igualitario, próspero y solidario, como nos señala la Agenda 2030, que ha de forjarse desde nuestras propias urgencias, historias, tradiciones y colores. México demuestra una vez más su compromiso global ya que, en un momento en que algunas voces muy poderosas cuestionan este principio de convivencia global, aquí se ha dado una vez más, una demostración del valor del diálogo multilateral y de las instituciones de la arquitectura internacional. Es claro que América Latina y el Caribe se presentan frente al mundo como una región que orgullosamente ejerce su liderazgo, donde los países de la región nos atrevemos a innovar y nos ponemos orgullosamente de pie para transformar la realidad de nuestra región y nuestro planeta con una agenda común.

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