26 de Abril 2017
Durante los últimos días, hemos
conocido por los medios de comunicación, la intención de mi partido, el PRI, de
expulsarme. La razón: la denuncia del amasiato y las complicidades evidentes
entre la dirigencia nacional y el ex gobernador de Puebla.
La corrupción se da entre las cúpulas
de los partidos que ante los ciudadanos se muestran opuestos, pero que
"bajo el agua" hacen negocios millonarios, incluso pasando por encima
de los ciudadanos.
Desde el primer día como diputado
federal en la LXIII legislatura, he denunciado una serie de abusos durante la
administración panista pasada. Lo he hecho por diferentes vías y en diferentes
momentos, pero siempre en congruencia con la conducta que he mantenido a lo
largo de mi vida política.
El ambiente de corrupción que vivimos
como mexicanos y que se manifiesta de manera más evidente en las esferas de
poder, demanda de cada uno de nosotros una actitud responsable y congruente,
sobre todo de quienes ejercemos una función de representación ciudadana, más
allá de colores y de partidos.
Los infinitos abusos del ex
gobernador panista de Puebla han sobrepasado los límites de las funciones de un
servidor público mismos que han sido denunciados por personas con alta
legitimación política y social; desde líderes del PAN, del PRI y de las
izquierdas así como activistas sociales.
Como diputado federal y como
militante del Revolucionario Institucional, por más de 32 años, he denunciado
públicamente una serie de temas que lastiman a los poblanos, como las abiertas
complicidades entre el ex gobernador y la dirigencia nacional del
partido.
Rechazo categóricamente la aprobación
de presupuestos sin asignación específica, los presupuestos ciegos que permiten
a los gobernadores de todos los estados, hacer uso discrecional del dinero
público, que de manera frecuente se traduce en desvío de recursos como lo que
ocurre en Veracruz e indudablemente en Puebla.
Repruebo cualquier acto de
corrupción, opacidad, abuso y saqueo. Continuaré sin descanso esta batalla que
he emprendido por convicción y congruencia, hasta la victoria.
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