martes, 29 de noviembre de 2016

Personas con discapacidad: Inclusión y vocación de servicio. Por Alejandro Armenta Mier











«Este año celebramos el Día Internacional de las Personas con Discapacidad tras haber aprobado la ambiciosa Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Este plan global de acción nos insta a «no dejar a nadie atrás»: Ban Ki-Moon Secretario General de la ONU

Las personas con discapacidad representan uno de los segmentos de la población que exige el desarrollo de estrategias y acciones necesarias que aseguren la atención de sus necesidades en el panorama económico y social actual de cara al nuevo milenio que estamos viviendo.

El Informe Mundial sobre la Discapacidad de la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que la discapacidad es un tema de derechos humanos, debido a las desigualdades que experimentan las personas con discapacidad, la vulnerabilidad de su dignidad (como son prejuicios y abusos) y el débil -e incluso imposible- logro de la autonomía personal,[1] enfrentando barreras que impiden el pleno ejercicio de sus derechos humanos. Dicho informe señala 9 acciones que implican el compromiso de los gobiernos en el desarrollo de estrategias para la atención de la discapacidad, mismas que me permito enunciar:

  1. Transversalidad de la discapacidad en todo tipo de políticas y programas
  2. Inversión en programas y servicios
  3. Desarrollo de estrategias nacionales sobre discapacidad y planes de acción
  4. Implicación activa de las personas con discapacidad y sus organizaciones
  5. Mejora de la capacidad de los recursos humanos a través de la educación y formación
  6. Proporcionar una adecuada, asequible y sostenible financiación que, entre otros objetivos, contribuya a una mejor provisión de los servicios
  7. Mejora de la conciencia y entendimiento colectivo de la discapacidad
  8. Mejora del conocimiento y de las fuentes de información
  9. Apoyo y refuerzo a la investigación en discapacidad


Es importante mencionar que en México viven 7.7 millones de personas con alguna limitación motriz, visual y auditiva que necesitan tener garantizados sus derechos a la alimentación, vivienda, educación, salud, empleo, recreación y trato digno. Esta situación impacta de manera directa al 18 por ciento del total de los hogares mexicanos que tienen al menos una persona con discapacidad.

De acuerdo con los datos más recientes de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica del INEGI (2014), los principales detonantes de la discapacidad en el país son las enfermedades (41.3 por ciento) y el segundo es la edad avanzada (31.3 por ciento).

Les comparto que a lo largo de 26 años de caminar en la política, he puesto en el centro de mis acciones a las personas con discapacidad así como a los adultos mayores.

Ejemplo de ello es la Casa del ABUE, modelo gerontológico impulsado por un servidor, durante mi responsabilidad como Director del DIF en el 2005, modelo que fue reconocido con el Premio IMDA y que -sin duda- benefició de manera directa a los adultos mayores y sus familias; este modelo perdura hasta nuestros días como un esquema exitoso que dignifica la calidad de vida de este sector.

Como parte de la política asistencial impulsamos en el 2006 la instalación de la Primera Fábrica de Aparatos Ortopédicos en apoyo a las personas con discapacidad, misma que se colocó como ejemplo a nivel nacional, al ofrecer a este sector vulnerable los medios para integrarse a la sociedad  y para quienes trabajaron en ella un ingreso económico destinado a sus hogares además de su integración al ámbito laboral.

En sus casi 4 años de funcionamiento en la Fábrica de Aparatos Ortopédicos -que impulsamos-  se elaboraron más de 35 mil aparatos rehabilitatorios entre bastones, sillas de ruedas, andaderas y muletas (adulto e infantil), cumpliendo así con la meta de beneficiar a más personas con discapacidad.

La fábrica se colocó como ejemplo a nivel nacional al emplear a personas con discapacidad, ya que en ella trabajaron 12 personas con diferentes discapacidades como: secuelas de polio, invidentes, falta de extremidades y sordomudos (con previa capacitación de cuatro meses), con el modelo este segmento de la población pudo llevar el sustento de sus familias.

Desde la Secretaría de Desarrollo Social (2006-2009) implementé una serie de acciones encaminadas a cerrar la brecha de la desigualdad y a promover acciones en beneficio de los sectores vulnerables.

Actualmente desde la diputación federal, propuse desde la máxima Tribuna, incluir en los planes de estudio de las universidades, la formación de geriatras, gerontólogos y tanatólogos que den atención al creciente número de adultos mayores en nuestro país, con el objetivo de garantizarles una mejor calidad de vida y mayor autonomía hacia la plenitud de su vida.

De la misma manera propondré acciones para crear espacios públicos para los adultos mayores y personas con discapacidad, de manera que garanticemos desde nuestras trincheras, mayor inclusión y una vida digna con pleno respeto a los derechos humanos.

El Gobierno de la República apoya hoy a más de 300 mil personas con discapacidad y que están inscritas en los programas de la Secretaría de Desarrollo Social, lo cual nos permitirá identificar quiénes son y dónde están para seguir trabajando en su beneficio y lograr la transversalidad de todos los programas sociales en su beneficio.

[1]Organización Mundial de la Salud (2011), WorldReportonDisability. OMS-Banco Mundial: Ginebra.

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martes, 29 de noviembre de 2016

Personas con discapacidad: Inclusión y vocación de servicio. Por Alejandro Armenta Mier











«Este año celebramos el Día Internacional de las Personas con Discapacidad tras haber aprobado la ambiciosa Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Este plan global de acción nos insta a «no dejar a nadie atrás»: Ban Ki-Moon Secretario General de la ONU

Las personas con discapacidad representan uno de los segmentos de la población que exige el desarrollo de estrategias y acciones necesarias que aseguren la atención de sus necesidades en el panorama económico y social actual de cara al nuevo milenio que estamos viviendo.

El Informe Mundial sobre la Discapacidad de la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que la discapacidad es un tema de derechos humanos, debido a las desigualdades que experimentan las personas con discapacidad, la vulnerabilidad de su dignidad (como son prejuicios y abusos) y el débil -e incluso imposible- logro de la autonomía personal,[1] enfrentando barreras que impiden el pleno ejercicio de sus derechos humanos. Dicho informe señala 9 acciones que implican el compromiso de los gobiernos en el desarrollo de estrategias para la atención de la discapacidad, mismas que me permito enunciar:

  1. Transversalidad de la discapacidad en todo tipo de políticas y programas
  2. Inversión en programas y servicios
  3. Desarrollo de estrategias nacionales sobre discapacidad y planes de acción
  4. Implicación activa de las personas con discapacidad y sus organizaciones
  5. Mejora de la capacidad de los recursos humanos a través de la educación y formación
  6. Proporcionar una adecuada, asequible y sostenible financiación que, entre otros objetivos, contribuya a una mejor provisión de los servicios
  7. Mejora de la conciencia y entendimiento colectivo de la discapacidad
  8. Mejora del conocimiento y de las fuentes de información
  9. Apoyo y refuerzo a la investigación en discapacidad


Es importante mencionar que en México viven 7.7 millones de personas con alguna limitación motriz, visual y auditiva que necesitan tener garantizados sus derechos a la alimentación, vivienda, educación, salud, empleo, recreación y trato digno. Esta situación impacta de manera directa al 18 por ciento del total de los hogares mexicanos que tienen al menos una persona con discapacidad.

De acuerdo con los datos más recientes de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica del INEGI (2014), los principales detonantes de la discapacidad en el país son las enfermedades (41.3 por ciento) y el segundo es la edad avanzada (31.3 por ciento).

Les comparto que a lo largo de 26 años de caminar en la política, he puesto en el centro de mis acciones a las personas con discapacidad así como a los adultos mayores.

Ejemplo de ello es la Casa del ABUE, modelo gerontológico impulsado por un servidor, durante mi responsabilidad como Director del DIF en el 2005, modelo que fue reconocido con el Premio IMDA y que -sin duda- benefició de manera directa a los adultos mayores y sus familias; este modelo perdura hasta nuestros días como un esquema exitoso que dignifica la calidad de vida de este sector.

Como parte de la política asistencial impulsamos en el 2006 la instalación de la Primera Fábrica de Aparatos Ortopédicos en apoyo a las personas con discapacidad, misma que se colocó como ejemplo a nivel nacional, al ofrecer a este sector vulnerable los medios para integrarse a la sociedad  y para quienes trabajaron en ella un ingreso económico destinado a sus hogares además de su integración al ámbito laboral.

En sus casi 4 años de funcionamiento en la Fábrica de Aparatos Ortopédicos -que impulsamos-  se elaboraron más de 35 mil aparatos rehabilitatorios entre bastones, sillas de ruedas, andaderas y muletas (adulto e infantil), cumpliendo así con la meta de beneficiar a más personas con discapacidad.

La fábrica se colocó como ejemplo a nivel nacional al emplear a personas con discapacidad, ya que en ella trabajaron 12 personas con diferentes discapacidades como: secuelas de polio, invidentes, falta de extremidades y sordomudos (con previa capacitación de cuatro meses), con el modelo este segmento de la población pudo llevar el sustento de sus familias.

Desde la Secretaría de Desarrollo Social (2006-2009) implementé una serie de acciones encaminadas a cerrar la brecha de la desigualdad y a promover acciones en beneficio de los sectores vulnerables.

Actualmente desde la diputación federal, propuse desde la máxima Tribuna, incluir en los planes de estudio de las universidades, la formación de geriatras, gerontólogos y tanatólogos que den atención al creciente número de adultos mayores en nuestro país, con el objetivo de garantizarles una mejor calidad de vida y mayor autonomía hacia la plenitud de su vida.

De la misma manera propondré acciones para crear espacios públicos para los adultos mayores y personas con discapacidad, de manera que garanticemos desde nuestras trincheras, mayor inclusión y una vida digna con pleno respeto a los derechos humanos.

El Gobierno de la República apoya hoy a más de 300 mil personas con discapacidad y que están inscritas en los programas de la Secretaría de Desarrollo Social, lo cual nos permitirá identificar quiénes son y dónde están para seguir trabajando en su beneficio y lograr la transversalidad de todos los programas sociales en su beneficio.

[1]Organización Mundial de la Salud (2011), WorldReportonDisability. OMS-Banco Mundial: Ginebra.

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