viernes, 14 de octubre de 2016

Vázquez Mota: el amasiato, expuesto. Por Francisco Baeza



[@paco_baeza_]

Decía Fernando Gutiérrez Barrios que “en política, los pactos son efímeros; se construyen de tal manera que están hechos para romperse”.

El pacto entre Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón se fundó en el miedo de que Andrés Manuel López Obrador llegara a la presidencia. El miedo persiste, luego, el pacto sigue vigente.

De acuerdo con Álvaro Delgado, en El Amasiato (Proceso, 2016), la mecánica del acuerdo Peña Nieto-Calderón habría sido sencilla: en 2006, el gobernador Peña Nieto habría echado una mano al candidato Calderón; en 2012, el presidente Calderón habría echado una mano Peña Nieto. La segunda parte del trato habría incluido el sacrificio de la candidata oficialista, Josefina Vázquez Mota…

La semana pasada, Mexicanos contra la corrupción y la impunidad (MMCI) apuntaló la hipótesis de Álvaro Delgado:

De acuerdo con MMCI, Juntos Podemos, la iniciativa de apoyo a migrantes que preside Josefina Vázquez Mota, ha recibido 900 millones de pesos del gobierno federal.

La credibilidad de Vázquez Mota está en duda. La fallida candidata presidencial debía erigirse como oposición al gobierno peñista, ¡no asociarse con él! El 23 de septiembre mintió sobre la financiación de Juntos Podemos: —Nunca he recibido un solo peso de recursos públicos —aseguró a La jornada.

Los recursos, en efecto, no se entregan directamente a la iniciativa pero llegan a ella a través de la Asociación de Empresarios Mexicanos (AEM) vía las organizaciones que dependen de ésta y que sí están registradas como donatarias como AEM-USA Foundation o Parents Alliance.

Los recursos públicos distribuidos a través de la estructura de Juntos Podemos contuvieron a Vázquez Mota. En cuanto dio señales de que buscaría la gubernatura del Estado de México, sus negocios con el gobierno peñista fueron expuestos…

Cui prodest. ¿Quién se beneficia? —Cui prodest scelus, is fecit —añadirá Séneca, intentando ligar al beneficiario con el autor.

 ¿Quién se beneficia de la caída en desgracia de Vázquez Mota? En lo inmediato, muchos; pero, a largo plazo…

La relación entre Vázquez Mota y Elba Esther Gordillo y Rafael Moreno Valle, pupilo de ésta, nunca fue buena:

En la interna panista del 2011, el flamante gobernador de Puebla apoyó a Ernesto Cordero pensando que la alianza entre Vázquez Mota y El Yunque arruinaría sus planes de consolidar su cacicazgo controlando los procesos sucesorios locales de 2018 y 2024. Ella se dejaba mimar por los yunquistas y mimaba, a su vez, a Eduardo Rivera, entonces, presidente municipal, un fantasma que el mandatario no querría revivir. En 2012, en Puebla, Vázquez Mota terminó en tercer lugar, muy lejos de López Obrador y de Peña Nieto. La máquina morenovallista no operó para su candidata —¿Para quién operó, entonces?—.

Según todas las encuestas, Vázquez Mota es la favorita para arrebatar al PRI la gubernatura en el Estado de México para el periodo 2017-2023. La proyección política que permite el primer estado del país la convertiría en la candidata natural del PAN para el siguiente proceso electoral.

Vía el Estado de México, Vázquez Mota quedaría en ruta de coalición con Moreno Valle:

Las apariencias engañan. La campaña del gobernador de Puebla no apunta a 2018 sino a 2024; en su primera etapa no está dirigida al público en general sino a un público específico, los cuadros medios del PAN. El poblano está ocupado en construir la estructura política que soportaría su proyecto transexenal…

Lastimadas las aspiraciones de Vázquez Mota, Peña Nieto y Moreno Valle duermen tranquilos: el primero tendría margen de maniobra para no perder su estado; el segundo, evitaría cruzarse con ella en el largo plazo.

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viernes, 14 de octubre de 2016

Vázquez Mota: el amasiato, expuesto. Por Francisco Baeza



[@paco_baeza_]

Decía Fernando Gutiérrez Barrios que “en política, los pactos son efímeros; se construyen de tal manera que están hechos para romperse”.

El pacto entre Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón se fundó en el miedo de que Andrés Manuel López Obrador llegara a la presidencia. El miedo persiste, luego, el pacto sigue vigente.

De acuerdo con Álvaro Delgado, en El Amasiato (Proceso, 2016), la mecánica del acuerdo Peña Nieto-Calderón habría sido sencilla: en 2006, el gobernador Peña Nieto habría echado una mano al candidato Calderón; en 2012, el presidente Calderón habría echado una mano Peña Nieto. La segunda parte del trato habría incluido el sacrificio de la candidata oficialista, Josefina Vázquez Mota…

La semana pasada, Mexicanos contra la corrupción y la impunidad (MMCI) apuntaló la hipótesis de Álvaro Delgado:

De acuerdo con MMCI, Juntos Podemos, la iniciativa de apoyo a migrantes que preside Josefina Vázquez Mota, ha recibido 900 millones de pesos del gobierno federal.

La credibilidad de Vázquez Mota está en duda. La fallida candidata presidencial debía erigirse como oposición al gobierno peñista, ¡no asociarse con él! El 23 de septiembre mintió sobre la financiación de Juntos Podemos: —Nunca he recibido un solo peso de recursos públicos —aseguró a La jornada.

Los recursos, en efecto, no se entregan directamente a la iniciativa pero llegan a ella a través de la Asociación de Empresarios Mexicanos (AEM) vía las organizaciones que dependen de ésta y que sí están registradas como donatarias como AEM-USA Foundation o Parents Alliance.

Los recursos públicos distribuidos a través de la estructura de Juntos Podemos contuvieron a Vázquez Mota. En cuanto dio señales de que buscaría la gubernatura del Estado de México, sus negocios con el gobierno peñista fueron expuestos…

Cui prodest. ¿Quién se beneficia? —Cui prodest scelus, is fecit —añadirá Séneca, intentando ligar al beneficiario con el autor.

 ¿Quién se beneficia de la caída en desgracia de Vázquez Mota? En lo inmediato, muchos; pero, a largo plazo…

La relación entre Vázquez Mota y Elba Esther Gordillo y Rafael Moreno Valle, pupilo de ésta, nunca fue buena:

En la interna panista del 2011, el flamante gobernador de Puebla apoyó a Ernesto Cordero pensando que la alianza entre Vázquez Mota y El Yunque arruinaría sus planes de consolidar su cacicazgo controlando los procesos sucesorios locales de 2018 y 2024. Ella se dejaba mimar por los yunquistas y mimaba, a su vez, a Eduardo Rivera, entonces, presidente municipal, un fantasma que el mandatario no querría revivir. En 2012, en Puebla, Vázquez Mota terminó en tercer lugar, muy lejos de López Obrador y de Peña Nieto. La máquina morenovallista no operó para su candidata —¿Para quién operó, entonces?—.

Según todas las encuestas, Vázquez Mota es la favorita para arrebatar al PRI la gubernatura en el Estado de México para el periodo 2017-2023. La proyección política que permite el primer estado del país la convertiría en la candidata natural del PAN para el siguiente proceso electoral.

Vía el Estado de México, Vázquez Mota quedaría en ruta de coalición con Moreno Valle:

Las apariencias engañan. La campaña del gobernador de Puebla no apunta a 2018 sino a 2024; en su primera etapa no está dirigida al público en general sino a un público específico, los cuadros medios del PAN. El poblano está ocupado en construir la estructura política que soportaría su proyecto transexenal…

Lastimadas las aspiraciones de Vázquez Mota, Peña Nieto y Moreno Valle duermen tranquilos: el primero tendría margen de maniobra para no perder su estado; el segundo, evitaría cruzarse con ella en el largo plazo.

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