lunes, 17 de octubre de 2016

¿He Vivido Violencia De Pareja? Por Mayra Cuanalo Gómez


















Los índices de violencia son cada vez más altos, aunque pareciera un tema lejano; seguramente está mucho más cerca de lo que te imaginas o incluso la has experimentado y no te has dado cuenta.

Las causas de la violencia son múltiples pero una muy frecuente es cuando la persona es hijo de parejas que vivía o vive violencia y aprendemos a “amar a través de los golpes”. Cuando una persona crece en un ambiente de violencia muchas veces lo ve como “lo normal”.

La violencia puede ser pasiva o activa. La violencia pasiva es cuando se ejerce de manera disfrazada como cuando alguien te descalifica, no respeta tus derechos, te critica constantemente o te ignora. La violencia activa es la que se percibe muy fácilmente como los insultos directos o agresiones físicas.

Seguramente ahora que revisas la violencia pasiva y la activa encontrarás que la vivimos mucho en esta sociedad, y en las parejas, tristemente, es mucho más común de lo que te imaginas.

La violencia de pareja normalmente tiene un ciclo, en donde vemos periodos de violencia fuerte y posteriormente periodos de enamoramiento. Preguntarás ¿Cómo sucede esto? Pues normalmente después de un periodo de violencia, el agresor regresa a su faceta “conquistadora” en donde en ocasiones dice arrepentirse y/o lleva los conocidos mariachis, cenas románticas, regalos, flores, palabras amorosas etc…Como una forma de “remediar lo sucedido”. Y es justo aquí en donde se engancha la víctima con el agresor, lo cual los lleva a repetir el ciclo.

El proceso de alejarse de estas relaciones no es sencillo, normalmente cuando vemos casos de lejos pensamos “¡Cómo es posible que no lo deje!” Pero debo decirte que para los que viven estas relaciones es un proceso complejo en el que tendrán primero que aceptar que viven violencia y tomar una decisión que es acudir con un terapeuta de pareja si se puede trabajar en la relación y si es así, se analizará en terapia cómo se desarrolla esa agresión. Este proceso de seguir con terapia requiere de mucho compromiso y principalmente mucha disposición de ambas partes.

Otra de las opciones cuando tenemos casos así, es tomar la decisión de terminar con la relación y si es así, hablamos de un proceso igualmente complejo porque es aceptar que la relación ya no tenía forma de ser reparada.

Hay datos de violencia que se pueden detectar desde el noviazgo como cuando te dice tu pareja como tienes que vestirte y una que comúnmente veo en el consultorio es cuando el agresor les regala un celular y les dice “Este celular es para que siempre me contestes”, pero por su puesto que podemos verlo desde el enamoramiento como un detalle y cuando te das cuenta ya estas “durmiendo con el enemigo”. 

Una característica de la violencia es el aislamiento, en donde el agresor poco a poco va alejando a la víctima de sus amistades y de su familia, pide contraseñas de redes sociales y del celular, revisa sus objetos personales aparentando estar “preocupado por la víctima” o “hacerlo porque quiere mucho a la víctima”. Empiezan a controlar mas a la persona y también es frecuente la amenaza de “no puedo vivir sin ti”, “si tu te vas me mato”, “entiende que te estoy protegiendo”, “espero que entiendas que lo que hago lo hago porque te quiero y no quiero que te pase nada”.

Si algún dato de estos te suena familiar es importante consultar tu caso con un terapeuta, ya que las consecuencias pueden llegar a extremos peligrosos.

Si vives una relación que debería de ser de amor y la sientes dolorosa, vale la pena que te acerques con un terapeuta.

Psicóloga Mayra Cuanalo Gómez
Terapia Individual y Terapia de Pareja
Consulta Previa Cita: 044 2221 83 83 07
Facebook: Psicóloga Mayra Cuanalo Gómez

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lunes, 17 de octubre de 2016

¿He Vivido Violencia De Pareja? Por Mayra Cuanalo Gómez


















Los índices de violencia son cada vez más altos, aunque pareciera un tema lejano; seguramente está mucho más cerca de lo que te imaginas o incluso la has experimentado y no te has dado cuenta.

Las causas de la violencia son múltiples pero una muy frecuente es cuando la persona es hijo de parejas que vivía o vive violencia y aprendemos a “amar a través de los golpes”. Cuando una persona crece en un ambiente de violencia muchas veces lo ve como “lo normal”.

La violencia puede ser pasiva o activa. La violencia pasiva es cuando se ejerce de manera disfrazada como cuando alguien te descalifica, no respeta tus derechos, te critica constantemente o te ignora. La violencia activa es la que se percibe muy fácilmente como los insultos directos o agresiones físicas.

Seguramente ahora que revisas la violencia pasiva y la activa encontrarás que la vivimos mucho en esta sociedad, y en las parejas, tristemente, es mucho más común de lo que te imaginas.

La violencia de pareja normalmente tiene un ciclo, en donde vemos periodos de violencia fuerte y posteriormente periodos de enamoramiento. Preguntarás ¿Cómo sucede esto? Pues normalmente después de un periodo de violencia, el agresor regresa a su faceta “conquistadora” en donde en ocasiones dice arrepentirse y/o lleva los conocidos mariachis, cenas románticas, regalos, flores, palabras amorosas etc…Como una forma de “remediar lo sucedido”. Y es justo aquí en donde se engancha la víctima con el agresor, lo cual los lleva a repetir el ciclo.

El proceso de alejarse de estas relaciones no es sencillo, normalmente cuando vemos casos de lejos pensamos “¡Cómo es posible que no lo deje!” Pero debo decirte que para los que viven estas relaciones es un proceso complejo en el que tendrán primero que aceptar que viven violencia y tomar una decisión que es acudir con un terapeuta de pareja si se puede trabajar en la relación y si es así, se analizará en terapia cómo se desarrolla esa agresión. Este proceso de seguir con terapia requiere de mucho compromiso y principalmente mucha disposición de ambas partes.

Otra de las opciones cuando tenemos casos así, es tomar la decisión de terminar con la relación y si es así, hablamos de un proceso igualmente complejo porque es aceptar que la relación ya no tenía forma de ser reparada.

Hay datos de violencia que se pueden detectar desde el noviazgo como cuando te dice tu pareja como tienes que vestirte y una que comúnmente veo en el consultorio es cuando el agresor les regala un celular y les dice “Este celular es para que siempre me contestes”, pero por su puesto que podemos verlo desde el enamoramiento como un detalle y cuando te das cuenta ya estas “durmiendo con el enemigo”. 

Una característica de la violencia es el aislamiento, en donde el agresor poco a poco va alejando a la víctima de sus amistades y de su familia, pide contraseñas de redes sociales y del celular, revisa sus objetos personales aparentando estar “preocupado por la víctima” o “hacerlo porque quiere mucho a la víctima”. Empiezan a controlar mas a la persona y también es frecuente la amenaza de “no puedo vivir sin ti”, “si tu te vas me mato”, “entiende que te estoy protegiendo”, “espero que entiendas que lo que hago lo hago porque te quiero y no quiero que te pase nada”.

Si algún dato de estos te suena familiar es importante consultar tu caso con un terapeuta, ya que las consecuencias pueden llegar a extremos peligrosos.

Si vives una relación que debería de ser de amor y la sientes dolorosa, vale la pena que te acerques con un terapeuta.

Psicóloga Mayra Cuanalo Gómez
Terapia Individual y Terapia de Pareja
Consulta Previa Cita: 044 2221 83 83 07
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