miércoles, 21 de septiembre de 2016

Por una torta de jamón. Por Nadia Fuentes



Hace algunos años en clase, hablando de Historia de México, mi maestra mencionó, “el pueblo tiene el gobierno que merece”,  inmediatamente  reaccioné y  mis ánimos subieron de tono, ya que en mi opinión eso no era posible, pues el gobierno es el responsable del rumbo que  toma nuestra historia. Es claro que la elite política ha perjudicado a México, en muchas de las decisiones que se  han tomado a puerta cerrada; sin embargo entre más han pasado los años, al recordar la frase y ver la realidad, la perspectiva ha cambiado pues ahora creo que es totalmente acertada, nosotros los mexicanos también hemos influido en la situación que tenemos en la actualidad.

Cada día exigimos a los gobiernos que no jueguen con nosotros, que nos cumplan lo que prometen, que nos proporcionen una mejor calidad de vida, que no pasen sobre nuestros derechos humanos y tener libertad de expresión, por supuesto que como ciudadanos tenemos el derecho de exigir; pero, ¿acaso hemos hecho algo para dejar de participar en sus campañas políticas por unos cuantos pesos?, es indignante ver camiones llenos en su mayoría por personas acarreadas, que van a recoger a  las comunidades más alejadas, porque en campaña,  los candidatos ¡si te necesitan!, si te hablan, te saludan, y hasta beso y foto te toca;  pues necesitan personas que les aplaudan, que muevan banderitas, y formen parte del show, todo a cambio de una torta, refresco y por supuesto un flamante billete naranja, aunque pasando la campaña ese candidato no voltee ni siquiera a verte.

 Es evidente que al gobierno le conviene mucho más un pueblo ignorante, pues es en éste  donde encontrará siempre el voto comprado por algo tan barato como una torta de jamón, una televisión, 100 pesos, un tortillero y su sombrilla para el sol. El gobierno solo necesita gente que se conforme con las migajas que se le pueden dar, aprovechándose de la falta de dinero y de trabajo en sus familias, esa población es la que estará dispuesta a vender la patria, total para que nos manifestamos si van a seguir haciendo lo mismo, todos los gobiernos son iguales mejor me quedo con el que me dé algo. Gobernantes, sigan  restringiendo los recursos destinados a la educación y despilfarrando en infraestructura, haciendo los puentes que en una tarde soleada se les ocurre, dañando patrimonio cultural, y levantando monumentos a su ego, tal como lo hace un gobernador con aspiraciones a la presidencia, donde cada obra cuesta  millones y millones, pero para la educación nadie tiene, y es suficiente con su “Reforma Educativa”.

Por otro lado tenemos a los que realmente son simpatizantes de un candidato y claro del partido que representan, es respetable que tengan sus ideologías,  sin embargo sigo teniendo la duda, ¿acaso no tendrán una conciencia?, ¿Podrán dormir por las noches? ¿Qué sentirán al formar parte de ese circo que solo engaña a la gente? ¿No sentirán remordimiento en participar en la compra de votos?, ¿la conciencia no les dice que también están formando parte de una democracia falsa?

En lo personal no podría ser parte de un proceso donde compras y vendes almas, haces llamadas falsas, compras votos, engaño a la gente, amenazas con despido si no votan por el candidato que representas,  todo con tal que al finalizar la campaña, y si gana tú candidato te puedas quedar con un hueso que te dure seis años o quizá más.

Llego el tan esperado 15 de septiembre, celebramos como buenos mexicanos nuestra independencia, ¡vamos todos al zócalo, porque van a traer a nuestra banda favorita!, ¡vamos a ponernos todos pedos total mañana descansamos! Mucha gente se queja de las marchas, ya que afecta el ritmo de vida cotidiano, pero entonces, qué pasaría si un 15 de septiembre todos como ciudadanos y conscientes de que no son las condiciones correctas de vida y en símbolo de nuestro disgusto al gobierno, las plazas queden totalmente vacías, que nadie se venda por una torta con tal de llenar el zócalo o por su artista favorito,  esa sería una manifestación pacífica y quizá el mensaje llegaría más claro al presidente y a cada uno de los presidentes municipales y gobernadores, y con mucha suerte a medios internacionales, lo digo por aquellos medios que siempre tapan las porquerías del gobierno y donde siempre el revoltoso, maleante es el ciudadano.

Como ciudadanía nos falta mucho para ser un ciudadano responsable, para lograr que aquellos que se quejan no sean vistos como vándalos, nos falta unirnos, no seguir permitiendo que jueguen con nosotros, no conformarnos con lo poco que nos quieran dar como despensa o un televisor para seguir viendo el canal de las amanzamasas. El día en que nosotros como individuos nos demos a respetar, donde nosotros mismos ejerzamos la honestidad en nuestra vida diaria, que nos interese informarnos sobre los acontecimientos diarios,  no solo con el canal de las estrellas, que seamos responsables de nuestros actos y seamos  más solidarios con los demás, que ayudemos al de junto para abrirle un poco los ojos, quizá ese día los gobiernos comiencen a respetarnos y a entender que nosotros decidimos como ser gobernados.

¿Y tú quieres seguir siendo gobernado por una torta de jamón? 

1 comentario:

  1. Aún queda la esperanza del cambio, pero no del cambio político o del gobierno, sino del cambio de cada individuo que desea tener un México mejor, que crezca y sea líder como lo fuimos hace más de 500 años.

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miércoles, 21 de septiembre de 2016

Por una torta de jamón. Por Nadia Fuentes



Hace algunos años en clase, hablando de Historia de México, mi maestra mencionó, “el pueblo tiene el gobierno que merece”,  inmediatamente  reaccioné y  mis ánimos subieron de tono, ya que en mi opinión eso no era posible, pues el gobierno es el responsable del rumbo que  toma nuestra historia. Es claro que la elite política ha perjudicado a México, en muchas de las decisiones que se  han tomado a puerta cerrada; sin embargo entre más han pasado los años, al recordar la frase y ver la realidad, la perspectiva ha cambiado pues ahora creo que es totalmente acertada, nosotros los mexicanos también hemos influido en la situación que tenemos en la actualidad.

Cada día exigimos a los gobiernos que no jueguen con nosotros, que nos cumplan lo que prometen, que nos proporcionen una mejor calidad de vida, que no pasen sobre nuestros derechos humanos y tener libertad de expresión, por supuesto que como ciudadanos tenemos el derecho de exigir; pero, ¿acaso hemos hecho algo para dejar de participar en sus campañas políticas por unos cuantos pesos?, es indignante ver camiones llenos en su mayoría por personas acarreadas, que van a recoger a  las comunidades más alejadas, porque en campaña,  los candidatos ¡si te necesitan!, si te hablan, te saludan, y hasta beso y foto te toca;  pues necesitan personas que les aplaudan, que muevan banderitas, y formen parte del show, todo a cambio de una torta, refresco y por supuesto un flamante billete naranja, aunque pasando la campaña ese candidato no voltee ni siquiera a verte.

 Es evidente que al gobierno le conviene mucho más un pueblo ignorante, pues es en éste  donde encontrará siempre el voto comprado por algo tan barato como una torta de jamón, una televisión, 100 pesos, un tortillero y su sombrilla para el sol. El gobierno solo necesita gente que se conforme con las migajas que se le pueden dar, aprovechándose de la falta de dinero y de trabajo en sus familias, esa población es la que estará dispuesta a vender la patria, total para que nos manifestamos si van a seguir haciendo lo mismo, todos los gobiernos son iguales mejor me quedo con el que me dé algo. Gobernantes, sigan  restringiendo los recursos destinados a la educación y despilfarrando en infraestructura, haciendo los puentes que en una tarde soleada se les ocurre, dañando patrimonio cultural, y levantando monumentos a su ego, tal como lo hace un gobernador con aspiraciones a la presidencia, donde cada obra cuesta  millones y millones, pero para la educación nadie tiene, y es suficiente con su “Reforma Educativa”.

Por otro lado tenemos a los que realmente son simpatizantes de un candidato y claro del partido que representan, es respetable que tengan sus ideologías,  sin embargo sigo teniendo la duda, ¿acaso no tendrán una conciencia?, ¿Podrán dormir por las noches? ¿Qué sentirán al formar parte de ese circo que solo engaña a la gente? ¿No sentirán remordimiento en participar en la compra de votos?, ¿la conciencia no les dice que también están formando parte de una democracia falsa?

En lo personal no podría ser parte de un proceso donde compras y vendes almas, haces llamadas falsas, compras votos, engaño a la gente, amenazas con despido si no votan por el candidato que representas,  todo con tal que al finalizar la campaña, y si gana tú candidato te puedas quedar con un hueso que te dure seis años o quizá más.

Llego el tan esperado 15 de septiembre, celebramos como buenos mexicanos nuestra independencia, ¡vamos todos al zócalo, porque van a traer a nuestra banda favorita!, ¡vamos a ponernos todos pedos total mañana descansamos! Mucha gente se queja de las marchas, ya que afecta el ritmo de vida cotidiano, pero entonces, qué pasaría si un 15 de septiembre todos como ciudadanos y conscientes de que no son las condiciones correctas de vida y en símbolo de nuestro disgusto al gobierno, las plazas queden totalmente vacías, que nadie se venda por una torta con tal de llenar el zócalo o por su artista favorito,  esa sería una manifestación pacífica y quizá el mensaje llegaría más claro al presidente y a cada uno de los presidentes municipales y gobernadores, y con mucha suerte a medios internacionales, lo digo por aquellos medios que siempre tapan las porquerías del gobierno y donde siempre el revoltoso, maleante es el ciudadano.

Como ciudadanía nos falta mucho para ser un ciudadano responsable, para lograr que aquellos que se quejan no sean vistos como vándalos, nos falta unirnos, no seguir permitiendo que jueguen con nosotros, no conformarnos con lo poco que nos quieran dar como despensa o un televisor para seguir viendo el canal de las amanzamasas. El día en que nosotros como individuos nos demos a respetar, donde nosotros mismos ejerzamos la honestidad en nuestra vida diaria, que nos interese informarnos sobre los acontecimientos diarios,  no solo con el canal de las estrellas, que seamos responsables de nuestros actos y seamos  más solidarios con los demás, que ayudemos al de junto para abrirle un poco los ojos, quizá ese día los gobiernos comiencen a respetarnos y a entender que nosotros decidimos como ser gobernados.

¿Y tú quieres seguir siendo gobernado por una torta de jamón? 

1 comentario:

  1. Aún queda la esperanza del cambio, pero no del cambio político o del gobierno, sino del cambio de cada individuo que desea tener un México mejor, que crezca y sea líder como lo fuimos hace más de 500 años.

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