miércoles, 21 de septiembre de 2016

Los Claroscuros De La Economía Nacional. Por Alejandro Armenta Mier



México transita desde hace algunos años por una curva de desaceleración económica que repercute en diferentes sectores, en ese sentido vale la pena analizar algunas variables de los tres últimos sexenios presidenciales.

Mientras los ingresos tributarios ascendían al 8.4% del PIB en el año 2012, actualmente la recaudación fiscal equivale a 13% del Producto, su máximo nivel histórico, lo anterior en el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto.

El promedio de crecimiento de los 12 años de los gobiernos panistas fue de 2.2 por ciento anual. Es una cifra mediocre si consideramos que se registró en un momento de amplio desarrollo en Latinoamérica y coincidió con un largo período de altos precios del petróleo.

La inflación –en condiciones adversas- durante los primeros cuatro años de la actual administración es de 3.4 por ciento; mientras que en el mismo período de Vicente Fox la inflación fue de 4.7 por ciento; y en el de Felipe Calderón fue de 4.6 por ciento. Los gobiernos panistas prometieron controlar la inflación, aunque esta responsabilidad corresponde a la Junta de Gobierno del Banco de México.

Sin embargo, el hecho es que durante los 12 años del PAN, la inflación acumulada fue de 67 por ciento.

La inversión extranjera, en lo que va de la administración del presidente Enrique Peña, fue de 34 por ciento. Las reservas internacionales con Vicente Fox eran del 6.7 en el crecimiento promedio anual; con Calderón, del 8.5, y con Enrique Peña, son del 14.6 por ciento.

En cuanto a la creación de empleos con Felipe Calderón, se registraron 500 mil nuevos empleos mientras que con Enrique Peña Nieto, van 2 millones 100 mil nuevas plazas laborales, 300 % más que en el gobierno del PAN.

Por cuanto hace a las participaciones para los estados y municipios del país, con Fox solamente incrementaron un 2.7, con Calderón 0.8, con Enrique Peña Nieto 4.7 por ciento. Esto es sumamente importante ya que son los recursos se traducen en obras como alumbrado, alcantarillado, pavimentación y otras, lo que implica que la actual administración enfocó baterías gubernamentales hacia el impacto social.

El Producto Interno Bruto (PIB) en lo que va del sexenio es del 2.5%, mientras que con Calderón del 5.1% y con Fox fue del 4.29%. La tasa de desocupación del presente sexenio es del 3.98 % mientras que en el sexenio de Calderón fue de 5.27%.

El precio del barril de crudo, sin duda ha sido históricamente un factor clave en nuestras finanzas. A pesar de las alzas históricas que se registraron durante los sexenios panistas, la realidad es que esos ingresos nunca se reflejaron en obras de alto impacto que beneficiaran a los mexicanos.

Durante la actual administración se redujo la dependencia de los ingresos petroleros, en virtud de que hasta el anterior sexenio dependíamos en un 39.4 por ciento de los ingresos petroleros y con el Presidente Peña sólo un 19 por ciento.

Los ingresos por exportaciones de petróleo durante los 12 años del PAN fueron los más altos de la historia, y en gran medida por eso, el gasto público se triplicó durante la docena panista.

De 2000 a 2012, los ingresos petroleros por exportación fueron 383 mil 981 millones de dólares. La cifra no tiene precedente, sin duda una cantidad exorbitante que no impactó socialmente ni económicamente en beneficios.

Cabe mencionar que –de acuerdo al 4o. Informe del Presidente de México- en los primeros 3 años y medio de esta administración, el crecimiento económico promedio ha sido superior al de los periodos similares de las dos administraciones pasadas.

De hecho, triplica el de la administración pasada (Calderón) y más que duplica el de la administración iniciada en el año 2000; desde que el PAN accedió a la Presidencia la deuda externa se elevó en 52.8 por ciento, respecto del cierre de la administración zedillista.

Por ello, como diputado federal es importante vigilar el comportamiento económico pero más aún que los recursos generados como ingresos sean desplazados a los gobiernos estatales, para que éstos a su vez los canalicen a obras de impacto social y no al despilfarro de obras suntuosas e inútiles que sólo sirven para el lucimiento personal de los gobernantes.

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miércoles, 21 de septiembre de 2016

Los Claroscuros De La Economía Nacional. Por Alejandro Armenta Mier



México transita desde hace algunos años por una curva de desaceleración económica que repercute en diferentes sectores, en ese sentido vale la pena analizar algunas variables de los tres últimos sexenios presidenciales.

Mientras los ingresos tributarios ascendían al 8.4% del PIB en el año 2012, actualmente la recaudación fiscal equivale a 13% del Producto, su máximo nivel histórico, lo anterior en el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto.

El promedio de crecimiento de los 12 años de los gobiernos panistas fue de 2.2 por ciento anual. Es una cifra mediocre si consideramos que se registró en un momento de amplio desarrollo en Latinoamérica y coincidió con un largo período de altos precios del petróleo.

La inflación –en condiciones adversas- durante los primeros cuatro años de la actual administración es de 3.4 por ciento; mientras que en el mismo período de Vicente Fox la inflación fue de 4.7 por ciento; y en el de Felipe Calderón fue de 4.6 por ciento. Los gobiernos panistas prometieron controlar la inflación, aunque esta responsabilidad corresponde a la Junta de Gobierno del Banco de México.

Sin embargo, el hecho es que durante los 12 años del PAN, la inflación acumulada fue de 67 por ciento.

La inversión extranjera, en lo que va de la administración del presidente Enrique Peña, fue de 34 por ciento. Las reservas internacionales con Vicente Fox eran del 6.7 en el crecimiento promedio anual; con Calderón, del 8.5, y con Enrique Peña, son del 14.6 por ciento.

En cuanto a la creación de empleos con Felipe Calderón, se registraron 500 mil nuevos empleos mientras que con Enrique Peña Nieto, van 2 millones 100 mil nuevas plazas laborales, 300 % más que en el gobierno del PAN.

Por cuanto hace a las participaciones para los estados y municipios del país, con Fox solamente incrementaron un 2.7, con Calderón 0.8, con Enrique Peña Nieto 4.7 por ciento. Esto es sumamente importante ya que son los recursos se traducen en obras como alumbrado, alcantarillado, pavimentación y otras, lo que implica que la actual administración enfocó baterías gubernamentales hacia el impacto social.

El Producto Interno Bruto (PIB) en lo que va del sexenio es del 2.5%, mientras que con Calderón del 5.1% y con Fox fue del 4.29%. La tasa de desocupación del presente sexenio es del 3.98 % mientras que en el sexenio de Calderón fue de 5.27%.

El precio del barril de crudo, sin duda ha sido históricamente un factor clave en nuestras finanzas. A pesar de las alzas históricas que se registraron durante los sexenios panistas, la realidad es que esos ingresos nunca se reflejaron en obras de alto impacto que beneficiaran a los mexicanos.

Durante la actual administración se redujo la dependencia de los ingresos petroleros, en virtud de que hasta el anterior sexenio dependíamos en un 39.4 por ciento de los ingresos petroleros y con el Presidente Peña sólo un 19 por ciento.

Los ingresos por exportaciones de petróleo durante los 12 años del PAN fueron los más altos de la historia, y en gran medida por eso, el gasto público se triplicó durante la docena panista.

De 2000 a 2012, los ingresos petroleros por exportación fueron 383 mil 981 millones de dólares. La cifra no tiene precedente, sin duda una cantidad exorbitante que no impactó socialmente ni económicamente en beneficios.

Cabe mencionar que –de acuerdo al 4o. Informe del Presidente de México- en los primeros 3 años y medio de esta administración, el crecimiento económico promedio ha sido superior al de los periodos similares de las dos administraciones pasadas.

De hecho, triplica el de la administración pasada (Calderón) y más que duplica el de la administración iniciada en el año 2000; desde que el PAN accedió a la Presidencia la deuda externa se elevó en 52.8 por ciento, respecto del cierre de la administración zedillista.

Por ello, como diputado federal es importante vigilar el comportamiento económico pero más aún que los recursos generados como ingresos sean desplazados a los gobiernos estatales, para que éstos a su vez los canalicen a obras de impacto social y no al despilfarro de obras suntuosas e inútiles que sólo sirven para el lucimiento personal de los gobernantes.

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