miércoles, 21 de septiembre de 2016

El juego del presidente: Meade/ Osorio Chong. Por Francisco Baeza



[@paco_baeza_]

Armando Ayala Anguiano, en Salinas y su México (Contenido, 1995), cuenta que, cierta vez, Carlos Salinas de Gortari y Cecilia, su hija, se retiraban de un mitin cuando un joven se despidió de él diciendo: —¡Adiós, suegro!—. El presidente abordó el autobús, furioso: —Lástima que sea presidente porque si no, lo mandaría a chingar a su madre— reflexionó unos segundos y, a pesar de la investidura, dirigió un corte de mangas al supuesto pariente y cerró la ventanilla, de golpe…

El fin de semana resultó perfecto para Enrique Peña Nieto. Perfecto, tomando en cuenta el contexto:

El jueves, disfrutó de una cómoda distancia entre Nicole y Paulina, sus hijas, y sus pretendientes. La logística del evento le libró de la tentación de saltarse el rigor de la investidura y, sobre todo, le salvó de enfrentar un escenario de conflicto con sus detractores. El presidente perdió la plaza de nuestro tiempo, el ciberespacio; pero ganó la plaza histórica, el zócalo capitalino.

Y el viernes, The Guardian retiró la nota que señalaba que Angélica, su esposa, disponía de un departamento de lujo propiedad de un potencial contratista del gobierno. Recordemos que, en agosto, The Guardian publicó sendas notas cuestionando la moralidad de la familia presidencial, una apócrifa, el 9, y otra, irrelevante, el 12. Luego de la rectificación, el medio inglés ha quedado temporalmente inhabilitado para golpear al presidente…

Seguramente, Peña Nieto disfrutó del espectáculo de fuegos pirotécnicos. Durante unos pocos minutos de luces y sonido, las miradas se dirigieron al cielo y no al balcón; luego, recayeron en él y reencontraron a un mandatario débil que apenas puede controlar su propia sucesión.

La penúltima modificación del gabinete presidencial comprobó que la guerra fratricida al interior del grupo (ya no tan) compacto ya ha comenzado:

En principio, la selección del candidato del oficialismo dependerá de factores ajenos.

Específicamente, dependerá de cuánta necesidad tengan el PRI y el PAN de unir esfuerzos para frenar a Andrés Manuel López Obradorel tabasqueño tiene una base de 12-14 millones de votos; 15 millones, según Ciro Gómez Leyva—, y, si eso, si el PRI lleva o no mano en la negociación. El resultado de las elecciones en el Estado de México determinará si el tricolor puede o no renovar la presidencia. En 2012, el estado aportó una sexta parte de sus votos totales (2,925,000/18,725,000).

Según el escenario, el presidente jugaría una carta ganadora, José Antonio Meade, o una perdedora, Miguel Ángel Osorio Chong.

El único funcionario federal que ha tenido la inteligencia para no empeorar las cosas ha quedado, pues, de tonto útil:

So pretexto del último ajuste presupuestario, la subsecretaría de Prevención y Participación Ciudadana ha pasado de disponer de $9,750,000,000 en sus primeros cuatro años de vida, a $50,000,000 para 2017. El propósito de la subsecretaría es fortalecer el tejido social a través de inversión directa en las comunidades: —Se han pintado barrios, se han creado empresas […], se han tocado vidas de personas concretas— señala Carlos Puig. —Osorio Chong tenía sus momentos más amables cuando repartía dinero por todo el país—. Sin maná y lastrado por la impopularidad del su jefe, que hace de ladrillo al cuello al partido, al hidalguense le resultaría dificilísimo crear una base popular que soporte una candidatura competitiva…

—Lástima que sea presidente…— habría pensado el débil e incapaz mandatario, oteando más allá de la multitud de acarreados. Los deseos, a veces, se cumplen. ¡Mejor que no!

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miércoles, 21 de septiembre de 2016

El juego del presidente: Meade/ Osorio Chong. Por Francisco Baeza



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Armando Ayala Anguiano, en Salinas y su México (Contenido, 1995), cuenta que, cierta vez, Carlos Salinas de Gortari y Cecilia, su hija, se retiraban de un mitin cuando un joven se despidió de él diciendo: —¡Adiós, suegro!—. El presidente abordó el autobús, furioso: —Lástima que sea presidente porque si no, lo mandaría a chingar a su madre— reflexionó unos segundos y, a pesar de la investidura, dirigió un corte de mangas al supuesto pariente y cerró la ventanilla, de golpe…

El fin de semana resultó perfecto para Enrique Peña Nieto. Perfecto, tomando en cuenta el contexto:

El jueves, disfrutó de una cómoda distancia entre Nicole y Paulina, sus hijas, y sus pretendientes. La logística del evento le libró de la tentación de saltarse el rigor de la investidura y, sobre todo, le salvó de enfrentar un escenario de conflicto con sus detractores. El presidente perdió la plaza de nuestro tiempo, el ciberespacio; pero ganó la plaza histórica, el zócalo capitalino.

Y el viernes, The Guardian retiró la nota que señalaba que Angélica, su esposa, disponía de un departamento de lujo propiedad de un potencial contratista del gobierno. Recordemos que, en agosto, The Guardian publicó sendas notas cuestionando la moralidad de la familia presidencial, una apócrifa, el 9, y otra, irrelevante, el 12. Luego de la rectificación, el medio inglés ha quedado temporalmente inhabilitado para golpear al presidente…

Seguramente, Peña Nieto disfrutó del espectáculo de fuegos pirotécnicos. Durante unos pocos minutos de luces y sonido, las miradas se dirigieron al cielo y no al balcón; luego, recayeron en él y reencontraron a un mandatario débil que apenas puede controlar su propia sucesión.

La penúltima modificación del gabinete presidencial comprobó que la guerra fratricida al interior del grupo (ya no tan) compacto ya ha comenzado:

En principio, la selección del candidato del oficialismo dependerá de factores ajenos.

Específicamente, dependerá de cuánta necesidad tengan el PRI y el PAN de unir esfuerzos para frenar a Andrés Manuel López Obradorel tabasqueño tiene una base de 12-14 millones de votos; 15 millones, según Ciro Gómez Leyva—, y, si eso, si el PRI lleva o no mano en la negociación. El resultado de las elecciones en el Estado de México determinará si el tricolor puede o no renovar la presidencia. En 2012, el estado aportó una sexta parte de sus votos totales (2,925,000/18,725,000).

Según el escenario, el presidente jugaría una carta ganadora, José Antonio Meade, o una perdedora, Miguel Ángel Osorio Chong.

El único funcionario federal que ha tenido la inteligencia para no empeorar las cosas ha quedado, pues, de tonto útil:

So pretexto del último ajuste presupuestario, la subsecretaría de Prevención y Participación Ciudadana ha pasado de disponer de $9,750,000,000 en sus primeros cuatro años de vida, a $50,000,000 para 2017. El propósito de la subsecretaría es fortalecer el tejido social a través de inversión directa en las comunidades: —Se han pintado barrios, se han creado empresas […], se han tocado vidas de personas concretas— señala Carlos Puig. —Osorio Chong tenía sus momentos más amables cuando repartía dinero por todo el país—. Sin maná y lastrado por la impopularidad del su jefe, que hace de ladrillo al cuello al partido, al hidalguense le resultaría dificilísimo crear una base popular que soporte una candidatura competitiva…

—Lástima que sea presidente…— habría pensado el débil e incapaz mandatario, oteando más allá de la multitud de acarreados. Los deseos, a veces, se cumplen. ¡Mejor que no!

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