lunes, 5 de septiembre de 2016

A salir del closet por Esteban Cruz Lizarraga


Y con “salir del closet” no me refiero a música gay o canciones joteras –de eso ya hablaremos en otra ocasión-  más bien me refiero a esas canciones que nos encantan pero ocultamos en lo más recóndito de nuestro ser –o de nuestro playlist-.

Si, ese disco que te da pena que tus amigos, tu novia o novio, o tu familia sepa que guardas y escuchas a escondidas; esa canción que solo te permites disfrutarla con audífonos. Y que si alguien lo descubre, pones cara de “ni idea, creo que es de mi ex y se le olvidó llevárselo, ni idea que estaba aquí” “jajaja ¿Cómo crees? A mí ni me gusta (__ poner el nombre de su artista o canción de closet), te volteas mientras se te salen dos lágrimas, no sabes si porque acabas de ser descubierto o porque negaste a ese disco que tantas alegrías te ha dado y la canción con la que bailas mientras te bañas o la que cantas a todo pulmón.

Porque todos tenemos esa música de closet y le llamo “de closet” porque en la música también existe, tontamente, estereotipos. Es gracioso como al mirarte, las demás personas creen saber cuál es la música que te debe gustar. Si eres hombre no te puede gustar Britney, o Lady Gaga, o One Direction –porque esa música es para mujeres- o si eres una “niña bien", no te puede gustar la banda o el rock –porque esa es música de “nacos”-.

Y así vivimos de acuerdo al género que creemos que más nos representa, dejando en la obscuridad o enterrando en una caja fuerte nuestro pequeño secreto. Porque si, todos tenemos ese closet musical. Ese roquero de tu novio, en secreto ama esa canción de Abba que dice “Mamma mia, here I go again, my my, how can I resist you?”; tu amiga la “fresa”, canta a todo pulmón con “Tu a mí me quieres y yo te quiero, la puerta negra sale sobrandoo”; ese chavo intelectual y filosófico, que se la pasa leyendo a  Nietzsche –salud-, baila frente a su espejo la de “cho-cho-chofer pare el taxi, cho-cho-chofer pare el taxi”; tu super amigo gay, que se sabe toda la coreografía de Fey o Jeans, es un adicto del “We don't need no education… Hey techer leaves them kids alone”.

Yo he de confesar –y miren que me cuesta trabajo- que soy amante de al menos 5 canciones de Cartel de Santa. Sii, confieso ante ustedes hermanos que me gustan algunas canciones de cartel de santa. Siempre he creído que esa música es nefasta, hablando de drogas, con cuántas mujeres se acuestan, que son chingones y la policía se las pela. De verdad la odio, pero aun así coreo y rapeo “extasis”, “la pelotona”, “el arte del engaño” y “bombos y tarolas” –no, al igual que ustedes, yo tampoco lo puedo creer-, tanto así tengo mi gusto metido en el closet, que ni siquiera las tengo en mi biblioteca musical y cuando me dan ganas de escucharlas las pongo en spotify o youtube.

Y es que por más que lo queramos mantener en el closet, ese gusto se nos escapa. Es más pareciera que nos sigue, y por unos segundos dejamos sacar a flote la emoción que nos da escuchar esa canción. Si no me creen, cuando vayan a un karaoke vean las canciones que la gente canta y corea. O la cara de algunos cuando suena banda o cumbias en un antro “nice”.

Y mi pregunta a todo esto es ¿por qué tenemos que vivir escondiendo ese gusto que tanto nos encanta?. Simple, por qué le tememos a ser juzgados y que se burlen de nosotros por esa música que nos hace felices que simple y sencillamente no encaja en nuestro entorno. Por eso los invito a salir de ese closet, que el mundo se entere que bailas al son de “demasiado piki piki piki piki piki”, que le dedicas a tu ex “asi no te amará jamás”, que te sabes la coreografía de “oops I did it again”, que coreas una de RBD, que no te mueres por sacar a bailar a alguien al son de “estúpido” o “17 años”, que quieres cantar a todo pulmón “Háblame de ti” o Solo con verte. Y deja de preocuparte por el que dirán, recuerda que quien se burle de ti, también tiene su closet musical. Así que mejor trata de descubrirlo y chantajéalo con eso -hahaha no es cierto- o ríanse juntos de “cómo es posible que eso nos guste tanto”

Y ustedes, piensen cual es la música que han tenido arrinconada en ese closet, creo que ya es hora de sacarla, de sentir orgullo por esa canción o ese artista que nos hace diferentes, únicos y especiales. Nos leemos la próxima semana.

Y como dice Fangoria: “Si al final todo se sabe y cada jaula tiene su llave, ¿qué secreto quieres ocultar? ¿en qué cárcel lo vas a encerrar?”

0 comentarios:

Publicar un comentario

lunes, 5 de septiembre de 2016

A salir del closet por Esteban Cruz Lizarraga


Y con “salir del closet” no me refiero a música gay o canciones joteras –de eso ya hablaremos en otra ocasión-  más bien me refiero a esas canciones que nos encantan pero ocultamos en lo más recóndito de nuestro ser –o de nuestro playlist-.

Si, ese disco que te da pena que tus amigos, tu novia o novio, o tu familia sepa que guardas y escuchas a escondidas; esa canción que solo te permites disfrutarla con audífonos. Y que si alguien lo descubre, pones cara de “ni idea, creo que es de mi ex y se le olvidó llevárselo, ni idea que estaba aquí” “jajaja ¿Cómo crees? A mí ni me gusta (__ poner el nombre de su artista o canción de closet), te volteas mientras se te salen dos lágrimas, no sabes si porque acabas de ser descubierto o porque negaste a ese disco que tantas alegrías te ha dado y la canción con la que bailas mientras te bañas o la que cantas a todo pulmón.

Porque todos tenemos esa música de closet y le llamo “de closet” porque en la música también existe, tontamente, estereotipos. Es gracioso como al mirarte, las demás personas creen saber cuál es la música que te debe gustar. Si eres hombre no te puede gustar Britney, o Lady Gaga, o One Direction –porque esa música es para mujeres- o si eres una “niña bien", no te puede gustar la banda o el rock –porque esa es música de “nacos”-.

Y así vivimos de acuerdo al género que creemos que más nos representa, dejando en la obscuridad o enterrando en una caja fuerte nuestro pequeño secreto. Porque si, todos tenemos ese closet musical. Ese roquero de tu novio, en secreto ama esa canción de Abba que dice “Mamma mia, here I go again, my my, how can I resist you?”; tu amiga la “fresa”, canta a todo pulmón con “Tu a mí me quieres y yo te quiero, la puerta negra sale sobrandoo”; ese chavo intelectual y filosófico, que se la pasa leyendo a  Nietzsche –salud-, baila frente a su espejo la de “cho-cho-chofer pare el taxi, cho-cho-chofer pare el taxi”; tu super amigo gay, que se sabe toda la coreografía de Fey o Jeans, es un adicto del “We don't need no education… Hey techer leaves them kids alone”.

Yo he de confesar –y miren que me cuesta trabajo- que soy amante de al menos 5 canciones de Cartel de Santa. Sii, confieso ante ustedes hermanos que me gustan algunas canciones de cartel de santa. Siempre he creído que esa música es nefasta, hablando de drogas, con cuántas mujeres se acuestan, que son chingones y la policía se las pela. De verdad la odio, pero aun así coreo y rapeo “extasis”, “la pelotona”, “el arte del engaño” y “bombos y tarolas” –no, al igual que ustedes, yo tampoco lo puedo creer-, tanto así tengo mi gusto metido en el closet, que ni siquiera las tengo en mi biblioteca musical y cuando me dan ganas de escucharlas las pongo en spotify o youtube.

Y es que por más que lo queramos mantener en el closet, ese gusto se nos escapa. Es más pareciera que nos sigue, y por unos segundos dejamos sacar a flote la emoción que nos da escuchar esa canción. Si no me creen, cuando vayan a un karaoke vean las canciones que la gente canta y corea. O la cara de algunos cuando suena banda o cumbias en un antro “nice”.

Y mi pregunta a todo esto es ¿por qué tenemos que vivir escondiendo ese gusto que tanto nos encanta?. Simple, por qué le tememos a ser juzgados y que se burlen de nosotros por esa música que nos hace felices que simple y sencillamente no encaja en nuestro entorno. Por eso los invito a salir de ese closet, que el mundo se entere que bailas al son de “demasiado piki piki piki piki piki”, que le dedicas a tu ex “asi no te amará jamás”, que te sabes la coreografía de “oops I did it again”, que coreas una de RBD, que no te mueres por sacar a bailar a alguien al son de “estúpido” o “17 años”, que quieres cantar a todo pulmón “Háblame de ti” o Solo con verte. Y deja de preocuparte por el que dirán, recuerda que quien se burle de ti, también tiene su closet musical. Así que mejor trata de descubrirlo y chantajéalo con eso -hahaha no es cierto- o ríanse juntos de “cómo es posible que eso nos guste tanto”

Y ustedes, piensen cual es la música que han tenido arrinconada en ese closet, creo que ya es hora de sacarla, de sentir orgullo por esa canción o ese artista que nos hace diferentes, únicos y especiales. Nos leemos la próxima semana.

Y como dice Fangoria: “Si al final todo se sabe y cada jaula tiene su llave, ¿qué secreto quieres ocultar? ¿en qué cárcel lo vas a encerrar?”

No hay comentarios:

Publicar un comentario